En el mercado se tienen la posibilidad de conseguir varios artículos para resguardar la madera exterior. Indudablemente, entre los mucho más ventajosos y que mejor resultado te va a ofrecer es Lasur.

La madera es atacada por la humedad, los rayos ultravioleta, los insectos xilófagos, la carcoma, las termitas y los hongos. De ahí que es tan esencial resguardar la madera con un barniz y asegurador exterior. Si bien los dos artículos tienen exactamente la misma función, hay diferencias entre el asegurador exterior y el barniz.

¿Qué diferencias hay entre el asegurador exterior y el barniz?

Embarnices, lasur, óleos… ¿Cuál debo seleccionar?

Si bien a fácil vista logre parecer que todos y cada uno de los artículos nombrados previamente son muy afines entre sí, la verdad es que son modelos muy dispares y cada uno de ellos tiene una ocupación concreta. Ahora, analizaremos para qué valen:

Como señalábamos previamente, los dos son artículos para resguardar la madera, pero su forma de accionar es muy diferente. Al paso que el barniz forma una película protectora en la área que aísla el poro y lo resguarda de máculas y derrames, el lasur actúa con el poro abierto, permitiéndole respirar, descartando de esta manera los inconvenientes de hinchamiento y deformación de la madera por la humedad atrapada.

Primordiales diferencias entre un asegurador de madera y un barniz

  1. Los embarnices resguardan la área desde el exterior hacia el interior, al paso que los protectores de madera resguardan la área desde el interior. adentro hacia afuera. O sea de este modo pues los primeros forman una película de enorme dureza que se hace cargo de resguardar la madera. Los segundos, en cambio, penetran en el poro de la madera y no forman ninguna cubierta.
  2. El asegurador de madera nos deja utilizar otros tratamientos encima como un carcoma o un poliuretano para ofrecer mucho más dureza a la área. Por otra parte, los embarnices, siendo de poro cerrado, no nos dejan utilizar ningún otro régimen que no sea un barniz.
  3. Para devolver una madera a su estado original, es considerablemente más simple llevarlo a cabo con un barniz que con un lasur. Ya que si hemos teñido la madera con el asegurador, por el momento no vamos a poder eliminar el tinte que ha absorbido la área. En cambio, si deseamos eliminar el tono de un barniz, tenemos la posibilidad de limar intensamente el objeto con una lijadora, o usar un decapante hasta recobrar el aspecto de la madera natural.
  4. Si aplicamos un barniz y el objeto tratado pasa muchas horas expuesto al sol, el material terminará fisurándose y va a haber que limar y regresar a colorear el soporte para hallar una protección perfecta. Por contra, los protectores de madera no se aprecian tan damnificados por el sol. En tanto que, siendo materiales de poro abierto que no forman cubierta, no se agrietan ni se pelan.

Como conclusión, tenemos la posibilidad de decir que los dos modelos son enormemente efectivos para la protección de la madera. La primordial diferencia es que el lasur es considerablemente más correspondiente para empleo exterior, al paso que el barniz para madera es mucho más conveniente para empleo interior. Salvo los embarnices de exterior y los embarnices marinos, que asimismo están pensados ​​para exterior.

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