?Una crisis conyugal, la desaparición de un individuo cercano, un cambio de cuidador o una mudanza, por refererir solo ciertos ejemplos, son situaciones que afectan a los pequeños. Su resistencia puede ser una manera de hacer llegar lo que les pasa”, afirma Correa.

¡Mamá, no lo voy a hacer! ¿Puedo establecerme en el hogar? ¡No me agrada el jardín! Estas son ciertas muchas oraciones que utilizan los pequeños para eludir ir al jardín. De qué forma entender por qué razón no desean ir y de qué manera conducir la situación.

“Este es un inconveniente común, más que nada al principio de la escuela, tras un fin de semana largo, tras vacaciones o tras quedarse con los abuelos o familiares. Integrar la rutina de ir al jardín supone un estudio, más que nada en los mucho más pequeños”, enseña la sicóloga María José Correa.

Síntomas físicos de agobio en pequeños

  • Problemas
  • Dolor estomacal o malestar gastrointestinal
  • Mal muscular (cuello)
  • ) Náuseas o vómitos
  • Inconvenientes para reposar
  • Tiene pesadillas
  • Llora con mucha sencillez
  • Sudor en las palmas de las manos
  • Constipados usuales
  • Exceso de actividad y energía
  • Disminución del apetito
  • Enuresis nocturna o micción nocturna
  • Inconvenientes de nutrición
  • )

        ) ¿Te sientes ansioso?
      • ¿Piensas que está bastante triste?
      • ¿Te preocupas en demasía por todo?
      • ¿Tienes hábitos alterados: morderte las uñas, chupetearte el dedo, tirarte del pelo…?
      • ¿Tienes una actitud irritable?
      • ¿Exhibes una actitud de indiferencia?
      • ¿Pospones o retrasas de forma continua tus tareas?
      • ¿Tienes temor en demasía?
      • ¿De pequeños, sois inútiles de estar solos? ¿Te apegas bastante a tus progenitores?
      • ¿Tienes un temor elevado a dividir figuras similares?
      • ¿Exhibe un accionar belicoso?
      • ¿Tienes inconvenientes de comunicación?
      • ¿Tienes inconvenientes de socialización?

      No se amolda

      A un niño pequeño que va por vez primera a la guardería o al jardín de niñez le cuesta amoldarse, con lo que entre los infantes siempre y en todo momento hay un periodo de tiempo de adaptación. Lo mismo le pasa en el momento en que sale del anterior a la escuela y entra al primer año de principal, o en el momento en que es mayor y va a la secundaria.

      Asimismo hay un desarrollo de adaptación en el momento en que el niño pasa de un instituto a otro. Si su hijo pasa por alguno de estos procesos, posiblemente afirme que no le agrada la escuela. Como es natural, es cuestión de tiempo y paciencia sobrepasar este malestar.

      ¡Todavía no charla!

      En el momento en que son pequeñísimos, entre los temores propios de mamá y papá es no percatarse si algo le pasa a su hijo. En este sentido, no debemos olvidar que las expresiones no son la única forma de estar comunicado. Los pequeños charlan con reacciones, movimientos, estados de ánimo…

      Ciertos tienen un tanto mucho más de contrariedad y lloran a la entrada o se niegan a quedarse. Eso no significa que no les agrade ir al jardín, solo que no desean distanciarse de mamá o papá, ni dejar su casa y sus juguetes. Pero en la mayoría de los casos, tras el periodo de iniciación, lo hacen con brillantez y entusiasmo.