La luz azul tiene una longitud de onda corta, afín a la luz ultravioleta, con lo que la córnea y el cristalino de los ojos no tienen la posibilidad de bloquearla ni reflejarla. Esto causa que afecte de forma directa a la retina.

(CNN) — La luz azul en la iluminación LED que se utiliza poco a poco más en nuestros hogares puede dañar la retina del ojo al paso que pausa nuestro sueño y nuestros ritmos biológicos, advirtió una autoridad sanitaria a French en un nuevo informe.

Novedosa evidencia a nivel científico asegura los «efectos fototóxicos» de las exposiciones breves a la luz azul de alta intensidad, tal como un mayor peligro de degeneración macular socia a la edad tras la exposición crónica a fuentes de intensidad reducida, según el Agencia Francesa para la Seguridad Alimenticia, Ambiental y de Salud Ocupacional, famosa como ANSES.

La luz azul de las pantallas no interfiere a los ojos y no hace ceguera

Un estudio nuevo de incierta procedencia científica y anunciado en múltiples medios preocupa a la opinión pública. Los especialistas avisan que los documentales que detallan esta novedad sacan conclusiones injustificadas sobre los probables efectos de la luz azul en el ojo.

No obstante, ahora en el mes de noviembre de 2017 en un producto escrito por la Dra. Celia Vimont y inspeccionado por el Dr. Rahul Khurana que se titula ¿Deberíamos estar preocupados por la utilización de la luz azul? Los próximos están expuestos:

Luz de día de intensidad media

Esta luz sería perfecto para la mayor parte de las tareas que no necesitan ver una fuente de luz directa (o sea, una PC, un TV, etcétera. ). La luz natural no posee los problemas explicados previamente (no alumbra de manera tan irregular como la luz artificial, no altera colores ni contrastes por el hecho de que es el patrón de referencia en sí, no posee efecto estroboscópico que fatiga la visión, etcétera.) .). Si es de intensidad media, no vamos a encontrar el daño agudo que puede ocasionar la luz natural.

La duda entraría en la iniciativa de daño crónico. Se hicieron intentos de relacionar la aparición de anomalías de la salud oculares usuales (cataratas, degeneración macular) con la luz del sol. Más allá de que se han propuesto modelos teóricos, para la mayor parte de las patologías sugeridas, la teoría no tiene prueba experimental y además de esto choca frontalmente con distintos datos epidemiológicos. Es verdad que otras modificaciones de la área ocular se muestran con una mayor frecuencia en personas cuyo trabajo les pide pasar muchas horas al sol. Pero eso no quiere decir que debamos reducir la exposición de nuestros ojos al sol. Para una exposición más habitual, no se demostró que la utilización de anteojos de sol tenga efecto.

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