El delantal era una prenda ramplona cuya finalidad era preservar el vestido que había debajo.…
Comencemos por el principio, el término delantal procede del latín ?de in frente?, del que el adverbio ?enfrente? deriva
🔹 Parte primordial del #traje en el ámbito de la #hostelería
El delantal es una prenda de protección externa que debe contemplar más que nada la parte frontal del cuerpo. Los mucho más populares son: el corto, el largo hasta la rodilla, el largo francés y el delantal con pechera.
Honestidad
“El delantal todavía es el símbolo de la sinceridad, de quien trabaja con dignidad para vivir”, dice Chajón. El día de hoy lo emplean tanto mujeres mayores como jóvenes, así sea enfrente de un pantalón de lona, un pantalón, una falda o lo que sea. Si bien las tendencias van y vienen, llevar un delantal todavía es una parte del código de indumentaria. Es la prenda que “refleja los valores de un conjunto popular que se resiste a dejar su empleo”, concluye la historiadora.
Ciertas fuentes señalan que el delantal tiene su origen cerca del año 1200, temporada donde era usado por hombres aplicados a la cocina y la artesanía. Un siglo después, las mujeres lo adoptaron para las tareas del hogar. Bastante después, en el siglo XIX, todavía se utilizaba con la intención de sostener limpia la ropa. A lo largo de la Enorme Depresión, que empezó en 1929 y se alargó a lo largo de la próxima década, el delantal cobró relevancia en USA, en tanto que servía para tapar la poca ropa que tenía la multitud producto de la pobreza y para efectuar un duro trabajo en el momento en que hallaban trabajar. Fue entonces en el momento en que asimismo se dieron a conocer los overoles. Hacia las décadas de 1940 y 1950, empezó a verse más que nada en mujeres dedicadas a su hogar, estereotipo que fue reforzado por las campañas de publicidad televisivas. No obstante, en la década de 1970, brotó un nuevo fenómeno popular, en especial en los países desarrollados: las mujeres se preocuparon mucho más por su capacitación académica y se abrieron un hueco en el mercado de trabajo. Desde esa cuenta, han comenzado a ignorar el mandil, que para entonces era una suerte de símbolo de la “mujer sumisa o dedicada de forma exclusiva al hogar”, afirma Chajón.
Hasta la actualidad se ve como un accesorio utilitario que cubre la ropa, utilizado por hombres y mujeres.
Curiosidades de la historia del mandil o mandil
Hay muchas supercherías o opiniones peregrinas similares con el mandil o delantal. Por servirnos de un ejemplo:
- Esta prenda era codiciada por las brujas para conseguir el poder de la intención de las pequeñas.
- Los puntos de la magia de contacto están relacionados con el delantal: si un hombre se seca las manos en el delantal de una mujer, concebirá pasión hacia ella.
- Si un marinero de sendero a su barco está con una mujer cuyo delantal es blanco, debe irse a casa puesto que es de muy mal augurio; Lo mismo va a hacer el minero o cualquier obrero que vaya a trabajar con él.
- Si una mujer se levanta tres ocasiones el delantal y mira la luna novedosa mientras que solicita un deseo, se le va a hacer situación.
- La chavala a la que se le sueltan los hilos del delantal y se le cae el delantal al suelo, no se casará si bien esté en vísperas de esto, y si lo realiza, el matrimonio va a ser garrafal. Si le pasa lo mismo a la mujer casada, alguien la molestará o molestará con seriedad.
- Asimismo diríase que si a una chavala soltera se le cae el delantal sin fundamento aparente, alguien que la quiere está pensando en ella.
El delantal y su término distorsionado
Comentando en concepto de moda, la utilización de delantales subió y bajado de popularidad durante su crónica. A objetivos de la década de 1940, tras la Segunda Guerra Mundial, el delantal se transformó en un símbolo de feminidad y valores familiares. En esos tiempos una mujer con este accesorio era un ícono de hospitalidad y calidez familiar.
Para entonces se comenzaría la producción del delantal con fundamentos de cocina en proporciones industriales. Era habitual ver modelos con adornos de sartenes, cuchases, ollas, teteras… Esta idea de vincular los delantales con la mujer y el valor de la familia fue adoptada por Europa a través del cine y la televisión.