9 sugerencias de la Iglesia Católica para vivir la Navidad 1.- Reforzar en el don dado por Dios. … 2.- Pensar sobre el valor de la vida. … 3.- Festeja con facilidad. … 4.- Cantar villancicos. … 5.- Leer en familia la historia del nacimiento de Jesús. … 6.- Rezar frente al árbol de Navidad. … 7.- Ofrecer limosnas a los pobres.

(Este producto fue anunciado en el períodico Antes de Cristoel 30 de diciembre de 2021)

Todos recordamos lo que nuestros progenitores nos inculcaron, en ocasiones infatigablemente, en el momento en que éramos pequeños. Para unos fue el leal cumplimiento de la obra (los contentos deberes); para otros era que fuésemos buenos a fin de que absolutamente nadie nos llamara la atención (no llevar a cabo travesuras) y ciertos insistían en el aseo personal (no tener máculas en la ropa). Todo cuanto a nuestros progenitores les agradaba que hiciésemos era lo que mucho más valoraban. Podríamos llamarlos valores familiares; reglas, sugerencias, hábitos y reacciones que los progenitores inculcan en su familia, tanto de palabra como, más que nada, con su forma de accionar, a fin de tener una convivencia armónica, dinámica y balanceada.

Es una celebración de optimismo, luz, reconciliación, alegría y paz

a) Poner el belén y comunicarlo a los pequeños, y rezar allí reviviendo la escena

b) Asistir a la Misa del Gallo, o proteger en especial la Misa de ese día. Preparándote bien con una aceptable confesión

Vive la Navidad como un niño

Ahora te dejamos una secuencia de consejos a fin de que la Navidad vuelva a ser esa temporada llena de ilusión y la cuesta esté de recorrido un trineo:

  1. Pídele a tu familia que realice el Papá Noel Invisible, de esta manera toda la familia va a recibir regalos y no gastarás tanto dinero. Aquí te dejamos ciertas ideas auténticos para obsequiar.
  2. Pídele a tu familia que te asista a personalizar cada rincón de la vivienda y adornar el árbol de Navidad.
  3. En lugar de obtener elementos para llevar a cabo platos muy elaborados, crea realizando una comida con los elementos que tienes. ¡Puedes soliciar contribuye a los pequeños!
  4. Asimismo puedes procurar realizar distintas platos, donde cada plato sea la comida preferida de un integrante de tu familia. O que cada integrante de la familia se realice cargo de uno, y de esta manera se va a repartir la carga de trabajo. Te sorprenderá la pluralidad que puedes hallar.
  5. Anímate y redacta asimismo la carta a los Reyes Magos oa Papá Noel.
  6. Organiza una gincana y oculta los regalos por toda la vivienda, donde hay pistas y pruebas que te van a llevar al tesoro. ¡Seguramente a los mucho más pequeños les encantará la iniciativa!
  7. En las comidas navideñas ofrece dejar el móvil inteligente en una caja aparte, y que cada integrante de la mesa realice una aportación sobre de qué forma fué su año, cuente una anécdota, bromee o cante villancicos. ¡Seguramente termina uniendo a toda la familia! Otra alternativa es ordenar algún género de juego para tras la cena: bingo, cartas, trivia, pictionary, pasar películas, conocer el personaje que tienes escrito en la frente… ¡Las opciones son sin límites!

No tiene que ver con «dejar tiempo para Jesús», el día de hoy lo festejamos.

Es común que las festividades se transformen en una enorme ocasión comercial: el día de la Madre, el Día del Padre, el Día de los Enamorados, etcétera. Lamentablemente, si hay una festividad que se ha deformado a esta altura, sería ser navidad. El planeta mercantil se lo ha tragado vivo, lo ha desposeído de su auténtico concepto y le dió una barba blanca. De ahí que, en este momento que se aproxima la Navidad, rescatémosla, devolvámosle su sentido profundo, a fin de que no desperdiciemos ni nos privemos de las muchas gracias que Dios desea ofrecernos.

La nochebuena es la noche en que todo empezó, me encanta este pasaje del Libro de la Sabiduría que acostumbra emplearse en la misa de medianoche pues afirma: «En el momento en que un profundo silencio envolvía todas y cada una de las cosas y la noche se encontraba a medias, tu palabra todopoderosa, Señor, descendió del cielo, de tu trono real” (Sab 18, 14-15)

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