Una Navidad inolvidable: los más destacados proyectos para llevar a cabo en familia Prepara tus…
La Navidad es una festividad que se festeja en numerosos países de todo el mundo mediante una secuencia de ocupaciones: trueque de regalos, cenas familiares, villancicos, preparación de belenes, árboles de Navidad, por ejemplo.
La celebración de un cumpleaños es siempre y en todo momento una ocasión de alegría, de ofrecer merced a Dios por las bendiciones recibidas, y de festejar con los conocidos cercanos. En unos días celebraremos el nacimiento del Niño Jesús, una ocasión de tener estas provisiones y reunirnos en familia para festejar a quien es nuestro Reconciliador.
Contemplando a Jesús, María y José en el pesebre, podemos encontrar un modelo para cada familia: un pequeño santuario donde se acoge y se acoge a los que por amor se hicieron pequeños, para socorrer.
La Navidad, entre las festividades mucho más esenciales de la cristiandad, memora el nacimiento de Jesús de Nazaret. Si bien en la Iglesia católica, anglicana y otras protestantes, tal como en la Iglesia ortodoxa rumana, se festeja el 25 de diciembre, la festividad tiene sitio el 7 de enero en otras iglesias ortodoxas que no admitieron la reforma del calendario juliano, sustituida por el Papa Gregorio XIII en
Si a absolutamente nadie le importó bastante corregir algunas contradicciones de la festividad navideña en América Latina, es indudablemente por el hecho de que los símbolos del homenaje brotados prácticamente al tiempo que el cristianismo, se pierden en la inmensidad de los tiempos. Esta es la causa que logró a Papá Noel envuelto en su trineo y el vertiginoso consumo de frutos secos admisible en zonas donde la Navidad, por festejarse en verano, no es una celebración solitaria, lo que ordena al encierro cerca de la quema de leña y la ingestión de bajas temperaturas. -Alimentos calóricos. La fe, la promesa que acarrea el nacimiento de Cristo y la tradición han preservado ecuménicamente la uniformidad de los símbolos, quizás como un emblema paralelo de fraternidad. Desde datos conseguidos de fuentes de la Unesco, ahora se muestran ciertas referencias poco conocidas sobre el origen de estas prácticas, por norma general recónditas geográficamente, a veces similares con la mitología y algunos ritos paganos, decantadas y espiritualizadas por la Iglesia.
Fue el Papa Julio I quien escogió, hace unos 1600 años, el 25 de diciembre para festejar el nacimiento de Cristo.