Krampus fue concebido como la contraparte del simpático San Nicolás que obsequiaba dulces a los pequeños. El monstruo golpeó a los pequeños pésimos y se los llevó a su guarida. Según el folclore, Krampus hace aparición la noche previo al 6 de diciembre, famosa como Krampusnacht o «la noche de Krampus».

Volvemos a la Navidad, o Navidad, jamás comprendo realmente bien por qué razón puede ser singular o plural. Pero lo que está claro es que es la temporada del año con el catálogo mucho más riguroso de ritos y mitología socia. Árboles, belenes, muérdagos, campanas, estrellas, bolas de plata, dioses que nacen y soles que aún quedan para comenzar a alumbrar mucho más en los tiempos venideros; regalos que vienen en trineos o costales, tirados por renos o camellos; Dulces hipercalóricos y poco sutiles que nos organizan para el crudo invierno y las fiestas eternas de todo lo que, sencillamente por ser esta temporada del año, ingerimos si bien no nos apetezca. Días de cantos idiotas y repetitivos, siempre y en todo momento exactamente los mismos, que al son de un sonajero charlan de peces que toman y de panoramas blancos de tanta nieve. Si hay un periodo de forma anual en el que todo semeja parado, como el sol, y fotocopiado del año previo, es este; la sensación es que nada cambia y todo continúa.

El espíritu de la Navidad es apacible y amable, como un cuento infantil en el que todo termina bien y en el que todos somos contentos por el fácil deseo del resto. Pero además de este sentido caritativo y humanitario de la Navidad, existe un submundo de individuos desalmados imaginarios que brotan eminentemente en esta temporada del solsticio de invierno. Cada cultura tiene sus seres desalmados, traviesos y transcurrido un tiempo hasta entrañables, que se muestran para deteriorar nuestras fiestas. Evidentemente, asimismo hay un sinfín de hechizos para evitarlos. En Noruega se ocultan escobas y se pone ajonje; en Italia, si no se anda de forma cuidadosa, hace aparición la hechicera Befana; en Hungría el Krampus, un demonio feroz que se transporta a los pequeños pésimos. Y raramente, en Holanda, el demonio navideño vive en España y desde aquí viaja cada año para castigar a los traviesos holandeses. Los irlandeses tienen nada menos que 13 diablillos, los Jolasveinar. La dulce y blanca Navidad está infestada de desalmados monstruos, inventos paganos y precristianos, que detestan la paz y el cariño.

Emparejamientos

Este fin de semana arrancan los octavos de final. El sábado a las 16:00 h. con Holanda-USA. Después de esto, a las 20:00 horas, la Argentina de Leo Messi se encarará a Australia. Al día después, domingo, es el momento del partido entre Francia y Polonia a las 16:00 horas. y horas después, a las 20:00 horas, va a ser el de Inglaterra y Senegal.

El primer día de la semana empezará a las 16:00 h. con el partido entre El país nipón y Croacia, y a las 20:00 horas, el quíntuple vencedor Brasil se encarará a Corea del Sur.

Qué es el Espíritu de la Navidad

El Espíritu de la Navidad, exactamente la misma sucede con la Navidad, tiene su origen en una vieja tradición celta que festejaba la llegada del invierno, hoy en día llamado a este Solsticio de Invierno, que es, el sol estático, y que tiene rincón cada 21 de diciembre en el hemisferio norte.

La tradición celta que festejaba el solsticio de invierno, como muchas otras incluyendo la Navidad, se fué convirtiendo transcurrido un tiempo para derivar en el Espíritu de la Navidad.

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