Allí van: Canta canciones navideñas. … Haz unos adornos navideños para obsequiar. … Elaborar galletas.…
Allí van: Canta canciones navideñas. … Haz unos adornos navideños para obsequiar. … Elaborar galletas. … Hacer una lotería de Navidad. … Bailando bajo la luz del árbol de Navidad. … Conocer a alguien que no vimos en un buen tiempo. … Ir al cine. … Escoger juguetes para conceder.
RECIBE
Titular de novedad: La Navidad hablamos de recibir un fantástico obsequio de Dios.
Cuarto, ¿qué ocupas?
Pienso que entre los enormes desafíos que poseemos en la sociedad de la cual formamos parte de hoy es romper con ese mito, que ocupamos bastante y suponemos que no requerimos enormes cosas para festejar la Navidad.
Esto nos manda a todos a correr, correr, lo que no posee bastante sentido. En lo que te ocupas esta Navidad es:
Somos a la perfección IMPERFECTOS (y en Navidad asimismo)
El agobio incrementa en el momento en que deseamos ser excelentes, cocinar la mejor cena, obtener la mejor comida, llevar a cabo todos contentos a todos, realizar el más destacable obsequio, tener un aspecto con todos, etcétera. Esa iniciativa de perfección socia a la Navidad puede ocasionar agobio. Deja a un lado la perfección de tus deberías, las tendencias consumistas que solo desean alejarte de tu felicidad y confort. El más destacable obsequio que le puedes ofrecer a alguien es tu tiempo. En el momento en que sientas esta presión, piensa por una parte si es verdaderamente una necesidad tuya o del resto. En ocasiones, nos autoimponemos deberes que pensamos que el resto aguardan de nosotros, y de todos modos es nuestra imaginación. «Debo realizar la mejor cena». ¿Tienes o deseas? Si logras romper esta rigidez y presión en Navidad, vas a poder gozar considerablemente más de estas datas.
Si no administramos ciertos de estos efectos del agobio, la angustia y los nervios, la Navidad puede dejarnos exhaustos. La Navidad tiene un principio y un final, pero no debes gastar tu energía en ella. ¿De qué forma? Prioriza tus proyectos en Navidad. Quizás no debas decir “sí” a todos tus proyectos. Tómate un tiempo para reposar, para gozar, escoge con quién deseas estar y con quién no. Date permiso para elegir lo que deseas, no lo que tienes que o lo que el resto aguardan de ti. No por mucho más cosas que hagas, vas a vivir una Navidad mucho más feliz. Impide la iniciativa de tener que reposar tras tu Navidad. Puedes estar descansado y feliz mientras que los vives.
Tomar en consideración los idiomas de amor del resto
Si mamá se estresa con la organización, le ofrezco mi asistencia; Si mi hermana valora bastante sus dones, yo tengo particular precaución con los suyos. Cada uno de ellos con su lenguaje de amor, para unos va a ser en instantes de calidad, para otros en el servicio, en expresiones de agradecimiento o en movimientos de inocencia. Estemos alerta los unos a los otros. Hay que comprender bien, si no se conoce ahora, los idiomas del amor de nuestros conocidos cercanos.
¿Qué puedo ofrecer (y no imponer) para pasar un largo tiempo con el resto? ¿Una canción, un juego, una oración, recuerdos cerca de un álbum de fotografías? La Navidad no tiene que ver con consumir, sino más bien, más que nada, de recibir al otro. En una familia, todos y cada uno de los integrantes son actores del ambiente y de la relación. Colaboremos con nuestra parte. ¿Cuál es mi parte? ¿Qué puedo prestar?