Al fin y al cabo, la película ?¡Qué bonito es vivir!? Es una historia llena…
EDAD RECOMENDADA: FIT Entonces, un ángel, Clarence, baja a la tierra y le enseña de qué forma sería Bedford Falls, su familia y sus amigos si él no hubiese nacido.
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Utilizando los últimos días de las fiestas navideñas 2020 – 2021, y como mi mujer no la había visto, decidimos echar una ojeada a la película “ Que hermoso es vivir” (“Es una vida fantástica” – 1946). Lo tenía grabado en Movistar, de las pasadas Navidades, en el momento en que TVE 1 decidió emitirlo, a propósito, en versión original en blanco y negro.
Ficha técnica
Título: What beautiful is to live Título original: It’s a Wonderful Life
Reparto: James Stewart (George Bailey) Donna Reed (Mary Hatch) Lionel Barrymore (Sr. Potter) Thomas Mitchell (Tío Billy) Henry Travers (Clarence) Beulah Bondi (Sra. Bailey) Frank Faylen (Ernie) Ward Bond (Bert) Gloria Grahame (Violet) H.B. Warner (Mr. Gower)
Potters vs. Baileys
George y su atormentado abrazo a la mucho más pequeña de los Bailey.
Qué bonito es vivir es del ’46, y por consiguiente fruto de una temporada que precisaba sobrepasar la Segunda Guerra. Eso enseña el mensaje aleccionador, e inclusive el recurso a la fantasía, pero asimismo —no lo había sentido las primeras ocasiones que la vi— la crudeza de su pintura. El desenlace es ilusionado, pero su transición no es así. La bofetada que el Sr. Gower le da al joven George es dolorosa de ver. (De todos modos, era real, el actor adulto envolvió al niño y le logró sangrar el oído). En el momento en que el adulto George se siente acorralado, el abuso que produce a su familia es espeluznante. Me conmovió singularmente la escena donde abraza a su hijo menor prácticamente con crueldad, y entre lágrimas. Quizás pues el día de hoy me siento mucho más cerca que jamás de Bailey. ¿Quién de nosotros no ha experimentado la contradicción entre el desamparo que nos llena de íra y el cariño desenfrenado por una criatura que no comprende lo que nos pasa? Capra le da otra ocasión a Bailey, pero a fin de que entienda el valor de lo que se le da, ella no le ahorra ni un segundo de padecimiento. No en balde, el crítico Andrew Sarris calificó la película como «entre las historias mucho más intensamente fatalistas que logró una popularidad durable».
¡Qué bonito es vivir! Una fábula
Esta película me la aconsejó Alberto García. Ahora conocía el título, pero hace un tiempo que no veo tanto cine tradicional como tiempo atrás. Es hora de recobrar ese saludable hábito.
George Bailey, hijo de un prestamista que pasó su historia prestando asistencia a su localidad, prosigue los pasos de su padre. No obstante, desde pequeño, su amabilidad lo transporta a sacrificar sus sueños constantemente en pues de ocasiones que favorezcan a quienes lo cubren. Esto al final lo va a llevar a un instante de extrema desesperación, en el momento en que siempre y en todo momento fué un hombre feliz y devoto. La cinta empieza con un diálogo entre unas estrellas, que representan a la divinidad cristiana, San José, y un ángel, que es enviado a contribuir a Bailey en el momento en que todo semeja perdido.