La Navidad memora el nacimiento de Jesucristo en Belén. Su nacimiento va a través de una tradición donde el Mesías entre los judíos señalaba que había de ser descendiente de David. La Iglesia escogió el 25 de diciembre del 4 a.C. C. como el nacimiento de Jesucristo.

Imagen: Internet.

El origen pagano de la Navidad

Aparte de religiosa, la Navidad asimismo tiene orígenes paganos y seculares. Las mucho más importantes son las similares con el solsticio de invierno, el día mucho más corto del año que los celtas festejaban -erróneamente- el 25 de diciembre. Hablamos de una celebración fundamental en todos esos cultos en los que ocupaba el culto al Sol, llamado heliolatría. una situación de absoluta preeminencia, y a la que precisamente se ha reconectado el cristianismo, en tanto que el sol puede verse como un emblema de la figura de Cristo.

Madurez

Otro tema esencial es la madurez espiritual del fiel. Observemos mucho más de lo que afirma Romanos 14 para reforzar esto:

“Pero tú, ¿por qué razón juzgas a tu hermano? O tú asimismo, ¿por qué razón menosprecias a tu hermano? Por el hecho de que todos compareceremos frente al tribunal de Cristo. Por el hecho de que escrito está: Vivo yo, afirma el Señor, que toda rodilla se va a doblar frente a mí, y toda lengua confesará a Dios. De este modo todos nosotros va a dar cuenta de sí a Dios. En consecuencia, por el momento no nos juzguemos unos a otros, sino decidamos no poner tropezón u ocasión a fin de que nuestro hermano caiga. Yo sé, y confío en el Señor Jesús, que nada es impuro en sí; pero para el que considera que algo es inmundo, para él lo es. Pero si tu hermano tiene aflicción por la comida, por el momento no estás con arreglo al amor. No hagáis perecer con vuestra comida a aquel por quien Cristo murió. Por consiguiente, no sea reprochado tu bien; pues el reino de Dios no es comida ni bebida, sino más bien justicia, paz y gozo en el Espíritu Santurrón. Pues el que en esto sirve a Cristo, gusta a Dios, y es aprobado por los hombres. Prosigamos, ya que, lo que ayuda a la paz ahora la edificación recíproca. No destruyas la obra de Dios gracias a la comida. De hecho, todas y cada una de las cosas están limpias; pero es malo que un hombre realice tropezar a otros con lo que él come. Bueno es no comer carne, ni tomar vino, ni nada en que tu hermano tropiece, o se ofenda, o se debilite. ¿Tienes fe? Tenlo para ti enfrente de Dios. Bienaventurado el que no se condena a sí mismo en lo que aprueba. Pero el que duda de lo que come, es culpado, pues no lo realiza con fe; y todo cuanto no procede de la fe es pecado.” Romanos 14:diez-23

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