Para una familia católica, opinar en el Niño Dios puede ser algo tal como la administración inicial del término espiritual y la seguridad en un ser superior, precioso, familiar y afectuoso: un Dios bondadoso.

A lo largo de la cena del 6 de enero, la tradición en varios hogares mexicanos radica en alzar la figura del Niño Dios del pesebre donde fue puesto el 24 de diciembre- y compañía del padrino o madrina, llévalo a vestir a fin de que esté listo el día de la Candelaria donde va a ser bendecido. Todo ello como representación del pasaje bíblico de la presentación del niño Jesús en el templo de Jerusalén y la purificación de la Virgen María.

El nacimiento del niño Dios

La Biblia cuenta que José y María de Nazaret fueron seleccionados para ser los progenitores de Jesús, el salvador del pueblo y de sus errores. En ese instante, tras buscar cobijo en múltiples viviendas, María y José acabaron en un establo rodeados de animales y allí nació el niño Jesús.

En la religión católica es tradición que el 24 de diciembre se celebre la Nochebuena en el momento en que nace el niño Dios.

Una tradición que continúa…

El día de la Candelaria, los amigos que cortan la Rosca de Reyes se reúnen de nuevo y se proponen tamales y atole. Asimismo es el día en que se habituaba criar al Niño Dios. Al tiempo, se guardaban las figuras de la Natividad para final de año. Esto se origina por que la práctica era almacenar el pesebre hasta hoy.

El Niño Dios fue sacado de su pesebre por la madrina que lo acostó en Nochebuena. Entonces se vistió con ricas ropas de lona refulgente (esta tradición aún pervive hoy en dia).

¿De qué manera ofrecer a luz a un Hijo de Dios?

El concepto de la figura divina

Gabriel Chávez, licenciado en antropología, afirma que la existencia de tener al Niño Dios en el hogar es mucho más alén de la enseñanza religiosa que es la base, puesto que es una parte de la civilización heredada por generaciones transladadas por sus vivencias durante los años.

Además de esto, no se queda solo en la veneración, sino su fe y su furor humanizan esta imagen hasta el punto de manejarla como un integrante mucho más del núcleo familiar.

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