Si algo le falta a una vivienda para Navidad es un árbol. Comúnmente, los árboles…
Cada año, a lo largo del solsticio de invierno, se le ofrecía un sacrificio. El misionero Bonifacio taló el árbol frente a la mirada estupefacta de los lugareños y, tras leer el Evangelio, les ofreció un abeto, un árbol de la paz que «representa la vida eterna por el hecho de que sus hojas son siempre y en todo momento verdes» y pues su copa «apunta al cielo». «.
Seleccionar un árbol fragante y ponerlo en nuestras iglesias no supone pecado, sino reside en la razón de llevarlo a cabo y en la utilización que se le da a los dones puestos en el árbol. El árbol puede ser tan prominente y sus ramas tan amplias como convenga a la ocasión, con tal que sus ramas estén cargadas de los frutos de oro y plata de vuestra beneficencia y los ofrezcáis a Dios como obsequio de Navidad. Que sus donaciones sean santificadas por la oración.
Los ángeles
Los ángeles que se ponen en la decoración son los que han comunicado el nacimiento de Jesús a María y José, por medio de esta imagen la suma importancia del nacimiento del Príncipe de la Paz.
Me imagino la enorme alegría que había en el cielo, los ángeles conmovidos por el nacimiento del Hijo de Dios en la tierra. Los ángeles sabían que la raza humana se encontraba en la obscuridad y por consiguiente gozo y felicidad.
¿Por qué razón se pone el árbol de Navidad de año en año?
«En el momento en que los primeros cristianos llegaron al norte de Europa, observaron que sus pobladores festejaban el nacimiento de Frey, dios del sol y la fertilidad, decorando un árbol de hoja perenne en la fecha próxima a la Navidad cristiana. Según la creencia de esos pueblos, el árbol simbolizaba el árbol del Cosmos, llamado Yggdrasil. En su copa se encontraba Asgard (la morada de los dioses), Valhalla (el palacio de Odín) y en las raíces mucho más profundas se encontraba Helheim (el rey de los fallecidos).»
«En el momento en que, años después, la evangelización de estos pueblos, los cristianos han tomado la iniciativa del árbol para festejar el nacimiento de Cristo, vinculándolo de esta manera íntimamente a nuestra Navidad pero con un concepto diferente, fue San Bonifacio, evangelizador de Alemania, quien cortó un árbol que representaba Yggdrasil y lo reemplazó con un pino. Siendo asimismo de origen perenne simbolizaba la naturaleza eterna de Dios y el cariño por él. Como adornos escogió manzanas y candelas. Las manzanas simbolizan el pecado original y la tentación, y los cirios representan a Jesucristo como la luz de Como es visible, transcurrido un tiempo las manzanas y los cirios fueron sustituidas por otro género de decoración, pero la luz sigue por medio de las pequeñas lámparas de colores, y la manera redondeada de los adornos nos recuerda a la manzana original. el tono de cada uno de ellos esfera asimismo tiene un concepto :»