Para esto señalan que hay que meter las toallas en la lavadora, añadir agua ardiente…
Antes de meter las toallas en la lavadora, llena un envase con agua fría y arroja un chorrito de vinagre y limón. Remoje las toallas en la mezcla y déjelas accionar a lo largo de precisamente una hora. Entonces enjuáguelos con agua fría. Este prelavado asegurará que las toallas no queden ásperas tras el lavado.
¿Deseas tener toallas suaves, esponjosas y bien perfumadas? Pero, ¿de qué manera lograrlo? En el momento en que empleamos las almohadillas por vez primera, son absorbentes y suaves, pero gradualmente empiezan a endurecerse y recobrar su condición semeja prácticamente irrealizable. La cal del agua se asienta entre las fibras y, conforme la toalla se seca, se regresa mucho más recia y áspera transcurrido un tiempo.
Pero existen varios trucos para sostener tus toallas limpias y suaves:
Protégelas del sol
Nos chifla esa sensación en el momento en que sacamos las toallas de la ropa secadora. Despacio y caluroso. Pero, ¿y si no tienes secadora? ¿Colocarlos a secar al sol a fin de que se sequen y se contengan calientes? No. La verdad es que el sol reseca las toallas, haciéndolas menos suaves. La opción mejor es colgarlos a la sombra en un espacio ventilado.
La humedad amontonada en las toallas provoca que pierdan su suavidad y absorbencia.
La temperatura correcta para lavar las toallas
Lavar las toallas con agua ardiente matará todas y cada una de las bacterias y los pésimos fragancias de las toallas, pero lavarlas con agua fría las va a hacer mucho más dulces. De ahí que, aconsejamos cambiar la temperatura con cada lavado para sostener las toallas y paños tan limpios como suaves.
Asimismo te recomendamos secar las toallas en la secadora, a temperatura media. Si debe secarlos al aire libre, intente secarlos en el interior a fin de que no se pongan ásperos.
Los suavizantes poseen lubrificantes y silicona
Los artículos para suavizar la ropa forman una película que impide la absorción de agua. Si bien parezca paradójico, lo que nos asiste a sostener las toallas mucho más suaves al comienzo, con el tiempo genera el resultado opuesto.
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¿De qué forma hallar la máxima suavidad?
Lo destacado tras lavarlas es dejarlas chorrear el exceso de agua. Entonces las metemos en la secadora y ponemos un programa para ropa frágil a fuego retardado. Al final, conseguiremos toallas súper suaves y esponjosas que secan enserio.
¡Pista!