Para la mayor parte de las mujeres mexicanas, su periodo dura entre 4 y 5…
Un individuo sana puede mear entre 4 y diez ocasiones cada día. No obstante, la cantidad promedio tiende a ser entre seis y siete ocasiones en un periodo de 24 h. Pero no es excepcional mear aproximadamente en un día preciso.
¿De qué forma perjudica la nocturia?
La necesidad de levantarse a mear durante la noche incrementa con la edad, tanto en hombres como en mujeres. Lo mismo sucede con la intensidad, que asimismo incrementa gradualmente. Se calcula que el 83% de la gente con nicturia tienen una edad promedio de 68 años. La gente mayores que detallan con cierta frecuencia la necesidad de mear a lo largo de las horas de sueño tienden a reposar menos intensamente de lo deseable y tienen la posibilidad de sentirse somnolientos o cansados a lo largo del día, lo que disminuye de manera significativa su calidad de vida y actividad. Además de esto, es un inconveniente que se usa como marcador de peligro de mortalidad en jubilados asociado a una mayor continuidad de caídas y fracturas.
¿Es recurrente en la población anciana?
Precisamente el diez% de los hombres entre 70 y 80 años y una tercer parte de los mayores de 80 años presentarán retención urinaria, siendo una nosología muy recurrente, lo que la ubica en entre las emergencias urológicas recurrentes y de simple identificable. Su causa mucho más recurrente en los dos sexos es la obstructiva, resaltando en los hombres secundaria a hiperplasia benigna de próstata y en mujeres a tumores ginecológicos.
En general, el diagnóstico se efectúa tras una adecuada anamnesis y exploración física. En la manera aguda, el tolerante presentará un profundo deseo de mear, agitado y lamentable, en tanto que no va a poder producir orina, acompañado de una masa intensamente dolorosa en el hipogastrio llamada «globo vesical», que corresponderá a la relajada. Vejiga cada vez mas llena de orina. En la situacion de la retención urinaria crónica, el diagnóstico a veces no es tan simple pues no acostumbra cursar con un mal profundo en la zona hipogástrica, sino más bien con un incremento de la continuidad de las micciones por un desbordamiento de orina a una vejiga inútil de evacuar. evacuar eficazmente su contenido. requiriendo una ecografía abdominal urgente para corroborar el diagnóstico, presentando con una mayor frecuencia una vejiga con prominente resto posmiccional y paredes engrosadas, en ocasiones acompañada de dilatación bilateral del tracto urinario superior.